En estos primeros días del año, creo que como casi todos lo hacen, me he puesto a pensar, qué es lo que espero para el 2019. Es lógico que como estamos estrenando año, lo comencemos con unas ganas gigantescas de hacer esta vez las cosas bien, de no cometer los mismos errores del pasado, de avanzar en las conquista de los sueños y metas que hemos pospuesto por años. En la evaluación de lo que quiero para el 2019, he caído en cuenta primero de lo que no quiero. No quiero que se me pase un día sin haber aprendido algo nuevo, no quiero dejar de crecer y de sorprenderme, no quiero dejarme vencer por los obstáculos, no quiero dejar mis sueños de lado por miedo al fracaso, no quiero dejar de disfrutar la vida con pasión y determinación. En esta reflexión inicial, mi lista de los “no quiero” se volvió interminable, quizás es por los atajos mentales que hacemos los seres humanos, porque tendemos a comprender primero y mejor lo que no queremos antes de saber lo que queremos. Pero está bien, este tiempo de introspección fue muy valioso para entender lo que de verdad espero en mi corazón que ocurra este año. Los no quiero me acercaron a lo que sí quiero y si pudiera resumir en una sola frase lo que deseo con todo mi corazón este 2019 es: SER FELIZ.
El año pasado fue para mí, un año interesante en muchos sentidos, mucha reflexión interna, retos superados, muchas agradables sorpresas de avance a nivel profesional, personal, familiar, pero también un año donde mucha gente querida partió de esta tierra, gente cercana de todas las edades. Despedí algunos amigos de la infancia, otros de esos que en el camino de la vida uno se va encontrando, unos batallando con enfermedades y otros en plena juventud y aparentemente sin ningún problema de salud. Lo cierto es que este tipo de eventos en la vida lo hacen a uno hacer un alto en la rutina diaria y preguntarse, ¿qué estoy haciendo para ser feliz? Todos los hombres y mujeres al nacer tenemos en común tres cosas, que nacimos, que no sabemos cómo vivir y que no sabemos cuándo nos tocará partir. El no saber cómo vivir es lo que nos hace preguntarnos cada inicio de año, ¿estaré haciendo bien las cosas?, ¿estoy viviendo de la manera que realmente quiero o hay algo más que aun no he descubierto? El no saber cuando partiremos, es lo que al tomar consciencia de lo fugaz que es nuestro paso por la tierra, nos hace preguntarnos, ¿si mañana ya no estoy aquí, viví de tal manera que fui feliz y que hice feliz a otros?, ¿fui útil y productivo en la sociedad cumpliendo mi propósito? Creo que la mayoría vivimos como en automático, nos levantamos cada mañana con una agenda que cumplir pero pocos nos tomamos el tiempo para preguntarnos, ¿qué es lo que realmente me hace feliz?
Este 2019 quiero ser feliz, lo descubrí con un nivel de conciencia producto de la reflexión y mis experiencias del 2018, no como esas cosas que uno repite sin pensar. La vida es muy corta, esto lo tuve más presente en el último año. Por esto quisiera motivarte a que también vivas al máximo cada día de tu vida, ¿qué tal si haces tu lista de lo que no quieres para que encuentres lo que realmente quieres? Haz también una lista de donde no quieres ir para que descubras donde quieres ir. Además de ser feliz, yo descubrí que quiero vivir con propósito, quiero ayudar e inspirar a otros desde lo que se hacer, quiero agregar valor a la vida de otras personas. Quisiera ayudar a otros a que descubran la importancia que tiene cada segundo de su vida y motivarlos a que no lo desperdicien con tristeza y frustración. Yo se que en la vida hay temporadas de más espinas que rosas, pero nunca debemos dejar de ver la belleza del rosal, allí a la par de una gran espina puede que esté la rosa más hermosa que no hemos sido capaces de admirar por estar enfocados en la espina. Si estás vivo ahora, tienes mucho más de lo que otras personas que ya no están con nosotros tienen, tienes vida, tienes oportunidades. Créeme, siempre hay mucho para ser feliz, siempre hay una excusa para disfrutar lo que en este momento la vida te está presentando, aunque venga disfrazado de problema o decepción.
He escuchado muchas veces esta frase: “aquella persona sí tiene todo para ser feliz, yo no”. La gente que dice esto se refiere a que el otro tiene dinero, negocios, familia, salud, amigos, belleza, juventud, experiencia, fama o cualquier otra cosa que se te pueda ocurrir, sin embargo, este tipo de pensamientos no son los más acertados. La gente que piensa así, tiene como meta en la vida conseguir la felicidad a través de cosas o circunstancias, la felicidad para ellos es un lugar de llegada, pero no se dan cuenta que la felicidad no es un destino sino un camino. ¿Sabes qué es lo que necesitas para ser feliz? Te puedo asegurar que ni toda la fama o el dinero del mundo, ni ser joven o viejo, ni estar sano o estar rodeado de mucha gente te hará feliz, lo primero que necesitas para ser feliz es estar vivo. Si tienes vida hoy, celébralo a lo grande, tienes el ingrediente principal, todo lo demás lo alcanzaras con prudencia y sabiduría para poder entender las prioridades. Urge que entendamos que los seres humanos somos integrales, necesitamos encontrar un balance entre el espíritu, el alma y el cuerpo. La ventaja es que como seres racionales, tenemos la capacidad para aprender cosas nuevas cada día e incorporar nuevas prioridades, algo muy importante, también podemos desaprender lo que no nos ha traído buenos resultados. Para poder seguir con vida y vida de calidad, necesitamos cuidar nuestro cuerpo, comer sano, hacer ejercicio físico, descansar, pero también es fundamental cuidar los pensamientos y las emociones del corazón.
Ser feliz es un desafío, es estar por encima de las circunstancias, de los problemas y de lo imprevisible. Para andar en el desafiante camino de la felicidad hay que ser valiente, hay que romper esquemas y paradigmas que la sociedad o uno mismo se ha impuesto, al pensar que la felicidad se logra cuando se comienzan a coleccionar cualquier tipo de cosas o eventos en la vida. Tal vez somos de los que algún día nos dijimos en total ignorancia, seré feliz cuando obtenga mi título universitario, seré feliz cuando cierre el negocio, seré feliz cuando baje de peso, seré feliz cuando me case, seré feliz cuando tenga hijos, seré feliz cuando tenga mi propia empresa, seré feliz cuando me jubile. La lista de los “seré feliz” puede resultar más larga que la de los “no quiero”. Pero a diferencia de la lista de los “no quiero” que nos ayuda a ubicarnos, la lista de los “seré feliz” no nos lleva a ningún lugar, lo único que provoca es que nos quedemos tristes en un rincón mientras vemos a otros ser felices a pesar de los muchos obstáculos o problemas que puedan tener. La lista de los “seré feliz” no es más que la lista de gente cobarde que no se ha atrevido tomar la vida por el frente y conquistarla aunque muchas veces sea difícil. Haz un cambio de mentalidad, ya, no lo pospongas más, libérate de los pensamientos limitantes que te dicen que la felicidad es algo que se obtiene y comprende que la felicidad es una travesía que se recorre. Este 2019 puede ser el mejor que hayas vivido en muchos años, pero no depende de las circunstancias, depende de tu actitud, de tus pensamientos pero sobre todo, de tu valentía de saber que la felicidad es la oportunidad de estar vivo.
¡Se valiente! ¡Recorre sin miedo el camino! ¡Acepta el desafío y se feliz!
Por Kenia Salas