Hoy solo quiero sálvame de mí, quiero poder ser libre y volar muy lejos para perseguir mis sueños. Quiero llenar mis pulmones del aire más puro que pueda encontrar, quiero gritar al mundo el dolor que nunca pude expresar. Hoy quiero tener abundancia, estar convencida de todo lo bueno que está por llegar. Hoy solo quiero salvarme de mí.
Hoy solo quiero salvarme de mí, salvarme de los recuerdos que son como un ancla, que quieren estancarme en un mismo lugar. Quiero salvarme de mí, de lo pasado que me acusa de todo lo malo que pude evitar. Hoy quiero salvarme de mí, de lo que nunca llegó pero aun así me mantiene despierta sin poder descansar. Quiero salvarme de mí.
Hoy solo quiero salvarme de mí, salvarme del daño que la terquedad produce en el cuerpo y la mente. Hoy quiero salvarme de todo lo que pudo ser diferente, de lo que la culpa me acusa a diario por no vencer el miedo de salir hacia al frente. Hoy quiero sálvame de mí, del ruido que aturde y quiebra los huesos que sostienen mi cuerpo.
Hoy quiero salvarme de mí, quiero viajar ligero solo con un saco lleno de esperanzas y sueños. Quiero salvarme de mí, quiero dejar atrás a todos aquellos que me hicieron daño, los que se han ido para no regresar y aun aquellos que me voy a encontrar. Quiero salvarme de mí, viajar con las manos libres para abrazar y cuidar a los heridos tendidos a lo largo del camino.
Hoy quiero salvarme de mí, observar muy atenta la vida con mis ojos grandes. Quiero admirar los días desde mi ventana y de vez en cuando salir a la calle y no perder detalle. Quiero salvarme de mí, de lo que he ignorado a través de los años, quiero tener presente todos los regalos que la vida me va entregando para disfrutarlos. Quiero salvarme de mí.
Hoy quiero salvarme de mí, de la desesperanza que en noches oscuras quiere venir a asustarme. Quiero salvarme de mí, del miedo que permito me abrace cuando no tengo fuerzas ni ganas para imaginar un mañana. Quiero salvarme de mí, eliminar los inviernos que opacan los días y enfrían los tuétanos. Quiero salvarme de mí.
Hoy quiero ser libre para pensar diferente, hoy digo basta a todo lo que me mantuvo inerte. Hoy quiero planear sin miedo para llegar muy lejos, quiero contar conmigo para vivir intensamente. Hoy me levanto orgullosa de haber llegado hasta aquí, de recoger los dulces y jugosos frutos que la fe con dolor produce en medio de los largos procesos.
Hoy, hoy ya estoy a salvo de mí, pero no por eso descuido mi alma. Hoy me ocupo con diligencia de los inquilinos que quieren venir a destruir mi casa. Hoy ya no permito que nada ni nadie invada mi mente. Hoy estoy alerta para defender, la paz, la esperanza y el amor, que son las semillas que Dios nos ofrece para volver a empezar después de la muerte.
¡Hoy estoy a salvo de mí, hoy he aprendido a vivir a pesar de las luchas y se que puedo ser feliz!
Por Kenia Salas