Si de repente te cambia la vida, ¿qué haces?, ¿cómo reaccionas ante algo para lo cual no estabas preparado? La verdad es que la mayoría de las personas tenemos una idea de lo que queremos hacer, cómo queremos vivir y cómo lo vamos a lograr. Sin embargo, que tengamos en la mente ese deseo no implica que sepamos cómo hacerlo. Nos movemos por la intuición que sentimos en el corazón de lo que nos podría hacer feliz y simplemente vamos probando posibles respuestas, casi como un juego de tanteo y error, a veces algunas cosas funcionan y otras no. Así nos vamos acostumbrando a vivir, con cierta incertidumbre y desconfianza de lo que podría suceder. Pero como en la vida nada es estático, la mayoría de las veces si nos mantenemos constantes en una misma dirección, lograremos avanzar hacia tramos más serenos y apacibles. Gracias a Dios, hay momentos en los cuales encontramos cierta estabilidad, ya sea por experiencias vividas o porque ya hemos ido superando etapas normales de acomodo, de aprendizaje e incluso ya hemos alcanzando un conocimiento mayor de lo que somos capaces de conquistar y soportar. Entender al menos un poco cómo funciona la vida nos da estabilidad y equilibrio, nos hace sentirnos más seguros y tranquilos, nos prepara para hacerle frente a cada etapa que nos toca vivir. Pero sin duda, el mayor obstáculo al que nos enfrentamos la mayoría es y seguirá siendo el desconocimiento acerca de lo que se trata la vida. La reflexión de esta semana, es una invitación a meditar en lo que en realidad es la vida, a aprender a enfrentarnos a lo inesperado y sobre todo a descubrir una nueva forma de reponernos de las circunstancias repentinas que nos sorprenden todos los días.
Tu vida se mueve a tu ritmo: ¿Qué estás buscando en la vida? La mayoría de las personas no descansan hasta que sientan que hayan alcanzado lo que la sociedad, la familia o la gente más cercana espera de ellos. Todos de una u otra forma pasamos la vida buscando respuestas. Para cada uno serán distintas, por eso lo importante es estar seguro de que sepas que es lo que quieres y no lo que alguien más desea para ti, solo así sentirás alegría en tu corazón. Claro que lo que decidas hacer con tu vida afectará la vida de los demás, pero ante todo debes pensar en vivir de tal manera que nunca dejes de sentirte vivo. Hay preguntas que casi todos nos hacemos: ¿qué me hace feliz?, ¿a qué me dedicaré?, ¿con quién compartiré mi vida? Algunos afortunados encuentran las respuestas a estas preguntas muy pronto, a otros les toma más tiempo y están los que pensaron que habían encontrado las respuestas pero de pronto entendieron que se habían equivocado. Hacemos planes y pensamos, qué estaremos haciendo, obteniendo o viviendo a cierta edad, si vamos cumpliendo el plan sentimos que lo tenemos todo bajo control. La realidad es que algunas cosas por no decir casi todas, podrían no salir como esperamos, entonces, ¿qué hacemos? Ante todo sigue luchando, encuentra tu camino y no te des por vencido. Para cada uno la vida es única y particular, cada uno tiene su propio tiempo, su propio ritmo. Si ibas bien según tú, por el camino correcto, según lo planeado y de pronto algo salió mal, podrías ver eso como un camino truncado, pero te aconsejo que más bien consideres esa pausa o desvío como un tiempo de preparación para estar listo para recibir mucho más de lo planeado.
La vida es un trabajo de campo: Si pretendes vivir tu vida como si estuvieras tomando un examen teórico para el cual has estudiado y te has aprendido las respuestas a las preguntas que ya conoces, sin duda, eres parte del grupo de la gran mayoría. En este grupo estamos todos los que estudiamos minuciosamente las posibles respuestas a las preguntas que nos incomodan y cuando creemos que tenemos el tema dominado, de repente la vida nos sorprende con un cambio inesperado. Con algo de humor el cantante puertorriqueño, Gilberto Santa Rosa dejó esta idea plasmada en una canción:“cuando me aprendí todas las respuestas, me cambiaron todas las preguntas”. Así es la vida, un cambio constante de preguntas, por eso es imposible aprenderse las respuestas. En lugar de esforzarte por aprenderte lo que vas a contestar, mejor cambia tu enfoque. La vida no es un examen teórico de preguntas y respuestas, la vida es un trabajo práctico en el campo, que mide tu capacidad y habilidad de reaccionar ante los eventos inesperados. Así que en lugar de sentirte como en un gran salón de clases donde el profesor es el único que tiene las respuestas correctas, piensa que no hay respuestas correctas, lo que tenemos es una enorme montaña de posibles maneras de hacer las cosas. Entiende que estás en el campo experimentando y descubriendo nuevas soluciones para todas tus inquietudes. Descubrirás desenlaces que hasta ahora nadie había sido capaz de encontrar, porque tú eres el privilegiado que tienes esa gran oportunidad. Nada en tu vida está escrito en piedra, estás a tiempo de descubrir nuevas formas de hacer que las cosas sucedan.
La vida es un baile: La vida puede llegar a ser compleja, tan dolorosa y enredada que ni siquiera lo podemos imaginar, pero lo sorprendente de esto es que en gran medida somos nosotros los creadores de esa realidad. Algunas veces provocamos eventos que pudimos evitar, otras veces no, las malas noticias llegan y todo se sale de nuestro control. No importa porqué razón estés pasando un tiempo de dificultad, siempre tendrás dos maneras de ver esa realidad. Tú eliges cómo quieres ver a tus problemas y la manera en que te les vas a enfrentar. Algunos ven sus dificultades como un gigante que sin duda los aplastará y así créeme que no llegarás muy lejos sin dejarte derrotar. Pero yo te aconsejo que antes que ver a los problemas como gigantes que te van a machucar, más bien velos como con quienes tienes que bailar. Sabes que tus problemas no tienen sentido del humor, no les gusta disfrutar la vida y mucho menos saben bailotear. No te dejes impresionar, las dificultades siempre aparentan ser más de lo que son, mantente enfocado en quien eres y tu deseo de vivir. No pierdas la perspectiva, la vida es para bailarla, no para sufrirla, pensando así conquistarás cualquier Goliat que te quiera asustar. Baila, baila sin parar, tu gigante no escucha la música que tú si puedes disfrutar. Baila y vive sin parar pues él no podrá seguir tus pasos y muy pronto se cansará y cuando esté cansado será muy fácil que lo puedas acabar.
La vida son muchas piezas: Hay tiempos en los que sentimos que casi tocamos el cielo, a no ser por algún pequeño asunto que aún no tenemos resuelto. ¿Te a pasado a ti? Yo sin duda lo he vivido y por más que en esos momentos he tratado de pensar, no he logrado comprender porqué se puede sentir tanta insatisfacción aun cuando todo parece estar saliendo bien. Te esfuerzas y luchas por tener todo perfectamente acomodado según tus expectativas y eso no está mal. Lo malo es cuando te obsesionas por lo que es imposible de lograr. Puedes amargarte por ese punto negro que no te deja vivir en paz o crear desde ese aparente defecto o irregularidad la más perfecta obra de arte que jamás pudiste imaginar. La vida no es un cuadro de una sola pieza que nos entregan al nacer, es más bien un hermosa imagen hecha de muchos fragmentos que con paciencia y amor vamos armando cada día para descubrir la totalidad que no podemos admirar en la simpleza y abstracción de cada pedazo en particular. Antes de enfocarte solo en tu pedazo de vida no resuelto, se libre y creativo para poder rellenar el espacio vacío con la imagen que consideres haga más linda la obra final. No sabemos si nos estregaron todas las piezas que se necesitaban para armar la imagen completa o quizás Dios que es creativo, también nos está dando la posibilidad de pintar nuestra vida y así crear nuestra obra de arte particular.
Podemos seguir con muchas más comparaciones que nos harán comprender mejor la vida y nuestra manera de reponernos ante las situaciones complicadas, pero creo que si al menos aplicamos estas nuevas perspectivas muchas cosas comenzaran a mejorar en las decisiones a las que nos enfrentamos cada día. La vida no es solo éxito, no son solo los aciertos, la vida tiene mucho más que ver con la manera en la que reaccionas cuando las cosas no están saliendo tan bien como habías planeado. Siempre que te encuentres ante una dificultad, levántate y reponte pensando en todo lo que aprenderás. La vida no está compuesta de solo días soleados y brisa fresca, sería muy aburrido si todos los días fueran así, por eso si de repente el cielo se te nubla y los goterones de la lluvia inesperada comienzan a mojarte, sonríe, saca tu paraguas y a disfrutar tu día. Tú decides como quieres vivir tu vida, pero recuerda que siempre tendrás dos salidas. Ante los problemas puedes abandonarte y dejarte llevar a la derrota sin encontrar solución o puedes experimentar la emoción de encontrar respuestas donde nadie más las ha encontrado, puedes bailar con tus gigantes hasta marearlos y cansarlos, y puedes rellenarlos espacios de las piezas que no has podido encontrar con tu manera única y especial de crear tu propia historia.
Siempre tendrás dos salidas, dejarás que te coma la vida o sacarás tu miel y comenzarás a saborearla pedazo a pedazo, mordisco a mordisco. Así la vas conquistando, así la vas disfrutando, así vas a prendiendo cómo se vive la vida.
¡Nunca olvides que siempre tendrás dos salidas!
Por Kenia Salas