Hace poco asistí a una conferencia en la que la expositora me dejó con la boca abierta. Más que una charla, ella compartió con nosotros un tiempo súper agradable de vivencias personales y profesionales. Con una habilidad impresionante de oratoria fue tejiendo una a una sus palabras hasta contarnos una historia, la historia de su nombre. Todo lo que ella es, lo que ha sido, lo que ha hecho, sus logros y fracasos, su propósito y alegrías, todo eso y más, ha tenido que ver con el poderoso sonido de su nombre. Ella, poseedora de un nombre tan normal como cualquier otro, ha descubierto a lo largo de los años la relevancia que el nombre tiene para cada uno de nosotros los humanos.
Y es que en asunto de nombres encontramos de todo. Como no somos nosotros los que escogemos nuestro nombre, dependemos de la creatividad de nuestros padres. Algunos con una herencia familiar ya establecida, heredarán el nombre del abuelo, la tía o la bisabuela, mientras otros se llamarán como el guapo o guapa de la película o novela del momento. Mi conferencista, por ejemplo, su papá la nombró como la canción más popular del verano del 73 en España. Ahorita te estarás preguntando cuál canción fue esa, bueno ahí te dejo un rato pensando.
La gran incógnita para mí es, ¿cómo es posible que el nombre sea tan poderoso si es escogido la mayoría de las veces así tan al azar, aparentemente sin ninguna trascendencia? Ah, pero descubrí que eso es solo lo que creemos, porque la verdad es que tu nombre al igual que el mío, sin importar cómo fue elegido, lleva implícita una historia y eso entre otras cosas es la que lo hace tan poderoso. Entonces, recordé que yo también tengo una historia. Desde pequeña he ido coleccionando pedacitos de mi historia más por curiosidad que por ninguna otra cosa, pero jamás imaginé que ya después, a esta edad, esa historia le diera tanto significado a mi vida.
Kenia, ese es mi nombre, un nombre poco común entre las niñas y adolescentes de mi época. Nunca conocí a otra persona que se llamara como yo. Fue hasta después de que salí de la universidad que me topé con dos o tres Kenia por allí, pero nada más. Cuando le pregunté a mi mamá por qué me llamo así, me contó su historia. Ella y su prima eran compañeras de clase en el colegio y cuando estudiaron los países de África a ambas les encantó el nombre Kenia para llamar a sus futuras hijas. Para evitar las discusiones, prometieron que la primera que tuviera una niña podría usar el nombre Kenia y ya saben quien tuvo primero a su hija.
Soy el resultado de un acuerdo adolescente, así tan banal, tan a la suerte es como parece escogido mi nombre. No me mal entiendan, a mí encanta mi nombre, pero siempre quise un nombre con significado, algo que me diera una pista del por qué estoy aquí y justo en este tiempo. Busqué por todas partes el significado de mi nombre y lo único a lo que se hacía referencia era a un país del continente africano. Cuando esperaba a mi primer hijo, buscamos un nombre con significado, queríamos que su nombre describiera el tipo de hombre en el que queríamos se convirtiera, con fortalezas y virtudes y así a sido hasta ahora 13 años después. En ese tiempo de búsqueda del nombre de mi hijo, reforcé mi investigación con respecto al mío, pero no encontré nada tampoco.
Hace quizás unos 5 años, ayudando a mi hijo a hacer un trabajo de la escuela se hizo la luz. Sin buscarlo, en el lugar menos esperado encontré el significado que está detrás de mi nombre. Kenia en suajili es montaña luminosa, y eso sí le dio mucho sentido a mi vida. Dar una luz, ayudar a los que están pasando por temporadas de desesperanza y oscuridad para apoyarlas a salir adelante, eso es lo que ha estado en mi corazón todo el tiempo hasta donde mis recuerdos me permiten llegar. Servir a la gente y que de alguna manera yo pueda colaborar para iluminarles el día, para que vivan con la alegría que da el propósito de cada uno en el corazón, eso es lo me hace inmensamente feliz. Sin duda, en medio de las ocurrencias juveniles de mi madre se estaba tejiendo aún sin ella saberlo algo impresionante.
Esta es mi historia, la historia de mi nombre, pero todos tenemos una historia, todos tenemos un nombre, todos reaccionamos al poderoso sonido de nuestro nombre. ¿Te has puesto ha pensar cuál es el significado de tu nombre?, ¿cuál es la historia que hay detrás de él? Sepas o no, creas o no, la historia de tu nombre tiene transcendencia. Tu nombre te da identidad, muchas veces te describe, aunque ni siquiera seas consciente de ello, pero también si tu nombre no te define siempre puedes hacer algo y no dejarte etiquetar. ¿Te has dado cuenta cuántas veces al día se rompe el silencio con el poderoso sonido de tu nombre?, ¿cuántas reacciones o acciones tomas al escuchar ese sonido especial?
No te tomes tan a la ligera como te llamas, tu nombre te acompaña desde el día que naciste y lo seguirá haciendo hasta el día que ya no estés aquí. Tu nombre es algo a lo que debes prestar atención, porque escuchar repetidamente toda tu vida, muchas veces al día esa palabra poderosa, lleva implícito una marca, una señal, una huella. Descubre qué es lo que se dice de ti cada vez que alguien pronuncia tu nombre, si sientes que eso tiene que ver contigo porque es lo está en lo más profundo de tu corazón y te da sentido de propósito, ¡vívelo intensamente! y si no es lo que quieres para ti, ¡reinvéntate!
¡Nunca te tomes a la ligera, el poderoso sonido de tu nombre!
Por Kenia Salas