autoconocimiento, motivaciones, significado, simplicidad

Mientras puedas. . .

Abre tus ojos, siente tus pies bajo las sábanas, estírate, respira y siéntete vivo como nunca antes. Quédate un ratito más en la cama, tómate un tiempo para pensar, para que te enteres de que sigues vivo y agradecer a Dios por cada mañana. Disfruta el silencio ruidoso que llega con el sol al amanecer, aprovecha esa calma para escuchar a tus sueños que tienen tanto que decirte, pero que no se atreven a hablarte por miedo. Siente el agua sobre tu cuerpo y disfruta de un buen baño por la mañana, pero no lo hagas sin ser consciente de lo afortunado que eres al tener una ducha en casa. Mientras puedas canta, canta en la ducha la canción que más te guste para que empieces el día con gran alegría.

Ve a tu cocina, huele el café que perfuma toda la casa, prepárate algo rico de comer que te de fuerzas para comenzar el día con ganas. Si es posible, comparte la mesa con los que más amas, planifica tu tiempo, pon tu despertador un poco más temprano para que no solo te de tiempo para recargar tu cuerpo, sino también, recargues tu alma. Llena el tanque de las emociones de tus seres queridos con buenas conversaciones. Asegúrate de que todos salgan de la casa sabiendo que son aceptados y amados. Mientras puedas abraza, abraza con todo, no solo con tu cuerpo si no también con tu alma, tu mirada y tus palabras

Sal al mundo, haz lo que tengas que hacer, pero nunca te olvides que siempre podrás reinventarte. Planea, planifica y crea estrategias que te acerquen a la vida que sueñas dentro de tu cabeza. No dejes pasar los días, no dejes pasar los meses, que no se te pase la vida, sin al menos intentar lo que tienes en mente. Mañana podría ser tarde, no esperes a tenerlo todo resuelto porque sino nunca lo harás. La vida es una aventura que disfrutan aquellos que no se la toman tan en serio. Mientras puedas haz cosas nuevas, cosas nuevas que te reten y te expulsen de tu zona de confort, porque la zona que incomoda es la que más vida te da. 

Perdona, perdona rápido y cuanto antes, no dejes que la herida que te hicieron se te quede abierta por mucho tiempo porque podría causarte una grave infección. Suelta, deja ir lo que desde hace tiempo ya no debe estar en tu corazón. Es mejor vivir tranquilo, es mejor viajar liviano, sin tanto bulto que te estorbe y te haga encorvar la espalda. No le des tanta importancia a lo que la gente te dice, algunas veces solo quieren desalentarte porque ellos mismos no han podido o no se han atrevido. Y si tu vida corre peligro, no lo pienses ni un segundo, huye de todo aquello que amenace con apagarte. Mientras puedas huye, aléjate de las relaciones tóxicas que tantas veces terminan matando, no solo el cuerpo, si no también el alma. 

Vuelve a sentirte vivo, como cuando tenías 15 y descubriste en una mirada algo que no supiste explicar, solo supiste que desde ese momento tu mundo se inundó de algo parecido a nubes de algodón de azúcar. Es que te mereces vivir con ilusiones, es que te mereces segundas y terceras oportunidades, es que no es posible vivir sin esperanza porque la vida es muy corta y hay tantas cosas que aún no te has animado a hacer. Si las decisiones, si las circunstancias, si la vida misma te ha hecho perder el significado de tu vida, nunca es tarde para volver a sentir la felicidad que se siente de poder comerte al mundo si te lo ponen de frente. Mientras puedas vive con esperanza, no te dejes apagar, mientras respires tu vida está repleta de esperanza que debes experimentar. 

Y antes de que se me olvide, mientras puedas baila, baila de todo y mueve tu cuerpo porque estás vivo, eso es motivo suficiente de celebración. 

Corre, ríe, juega, recuerda, viaja, disfruta, conversa, equivócate, atrévete, ama. . . ¡vive, mientras puedas vive!

Por Kenia Salas

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