Desde aquí comparto pedacitos de mi historia que en realidad son pedacitos de mi corazón. Poco a poco voy desenredando los episodios de mi vida que en algún momento fueron difíciles, pero que produjeron en mí un profundo aprendizaje.

Una noche de solsticio de invierno
Han sido dos años de realidades distintas, de laboratorios, controles médicos, ajustes de medicamentos y esas cosas de las que uno no habla pero con las que uno lidia todos los días.
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Memorias para resetear
Memorias que de una u otra forma le pasan la factura a mi cuerpo y a mis emociones, limitando mi presente, nublando mi pasado y atemorizándome por un futuro que ni siquiera le he dado el chance de asomarse y sin pensarlo dos veces me ido contra él juzgándolo y temiéndole.
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Anoche soñé con ella. . .
La vi, tan real como si fuera verdad, como si no hubiera pasado nada, como si el dolor y la desesperanza jamás hubieran tocado mi alma.
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Y si tocamos fondo, ¿qué pasará con nosotros?
Sé del miedo que ahora mismo podrías estar sintiendo, porque han sido tiempos difíciles y por más que hemos tratado, algunas veces la duda llega para robarle espacio a la fe de que de esta saldremos bien.
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¡Valientes!
Somos valientes porque, aún estando cansados seguimos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos y aunque en algunos momentos hemos deseado darnos por vencidos, aquí estamos. . .
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Y una parte de mí se fue con ellos
Y así somos todos, únicos con identidad propia, pero también de alguna manera somos la composición de lo mejor o lo peor de los que nos han precedido.
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A la de ojos grandes de color extraño
Aprendí a apreciar mis ojos grandes cuando descubrí que me servían no sólo para ver, sino también para consolar, para abrazar y sobretodo para amar.
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Con el alma rota
En estos últimos días, mi alma ha vuelto a temblar, porque cuando a uno se le ha roto el alma, no quieres volver a pasar por el dolor de verla de nuevo en tantos pedazos esparcidos por allí.
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La vida es para bailarla
De tanto pelear con las dificultades, según yo para ganarles, me desgasté y poco a poco me apagué sin saber cómo vivir.
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Cuando todo esto pase
Esta frase dicha en el momento justo, se siente como una bocana de aire fresco que nos llega hasta al alma, para despertar no solo el aliento sino también los pensamientos
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