Han sido dos años de realidades distintas, de laboratorios, controles médicos, ajustes de medicamentos y esas cosas de las que uno no habla pero con las que uno lidia todos los días.
Categoría: vulnerabilidad
Memorias para resetear
Memorias que de una u otra forma le pasan la factura a mi cuerpo y a mis emociones, limitando mi presente, nublando mi pasado y atemorizándome por un futuro que ni siquiera le he dado el chance de asomarse y sin pensarlo dos veces me ido contra él juzgándolo y temiéndole.
Anoche soñé con ella. . .
La vi, tan real como si fuera verdad, como si no hubiera pasado nada, como si el dolor y la desesperanza jamás hubieran tocado mi alma.
Y si tocamos fondo, ¿qué pasará con nosotros?
Sé del miedo que ahora mismo podrías estar sintiendo, porque han sido tiempos difíciles y por más que hemos tratado, algunas veces la duda llega para robarle espacio a la fe de que de esta saldremos bien.
¡Valientes!
Somos valientes porque, aún estando cansados seguimos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos y aunque en algunos momentos hemos deseado darnos por vencidos, aquí estamos. . .
Y una parte de mí se fue con ellos
Y así somos todos, únicos con identidad propia, pero también de alguna manera somos la composición de lo mejor o lo peor de los que nos han precedido.
Cuando todo esto pase
Esta frase dicha en el momento justo, se siente como una bocana de aire fresco que nos llega hasta al alma, para despertar no solo el aliento sino también los pensamientos
Las crisis no llegan solas
Con los años he ido sanando muchas cosas y algunas de ellas tienen que ver con no permitir a los pensamientos tóxicos que sigan gobernando mi vida
Desde adentro de mi cajón
Mi nombre es Kenia, soy arquitecta, esposa, mamá, me gusta escribir, me encanta escuchar y conversar con la gente, pero también disfruto de la paz que encuentro en la naturaleza, de los silencios que restauran el alma en medio de la soledad.
El mes en el que llegué a este mundo
Mayo es un mes en el que me gusta hacer el recuento de lo vivido para despertarme por si la costumbre o la rutina de todos los días me han adormecido.